Igual que la salud, la educación es un bien común. Este bien común requiere ser visto desde las lentes del humanismo que permiten mirar a través del utilitarismo dominante para entender qué significa para una comunidad humana aprender a vivir con dignidad.
“Esto presupone oír las voces silenciosas de cuantos no han sido aún escuchados. La inmensa riqueza que representa esa diversidad puede iluminarnos a todos en nuestra búsqueda colectiva del bienestar”
“Apoyar y aumentar la dignidad, la capacidad humana y el bienestar de las personas en relación con los demás y la naturaleza debe ser la finalidad esencial de la educación en el siglo XXI”.
UNESCO, 2015: 33-36
Replantear la educación ¿Hacía un bien común mundial?
Estas lentes las hemos de llevar todas las personas, docentes o no, porqué “gran parte de lo que aprendemos en la vida no es deliberado ni intencionado. Este aprendizaje informal es inherente a toda experiencia de socialización” (p. 17).
La educación formal ha sido muy golpeada por la crisis sanitaria.
¿Qué hemos aprendido de esto?
y
¿cómo hemos empezado el nuevo curso escolar, con qué lentes?
¿En qué cultura estamos socializando a las jovenes generaciones?