Arte

flor

*

 

Nichita Stanescu:

-The unwords-

He offered me a leaf like a hand with fingers.
I offered him a hand like a leaf with teeth.
He offered me a branch like an arm.
I offered him my arm like a branch.
He tipped his trunk towards me
like a shoulder.
I tipped my shoulder to him
like a knotted trunk.
I could hear his sap quicken, beating
like blood.
He could hear my blood slacken like rising sap.
I passed through him.
He passed through me.
I remained a solitary tree.
He
a solitary man.

-A poem-

Tell me, if I caught you one day
and kissed the sole of your foot,
wouldn’t you limp a little then,
afraid to crush my kiss?…

– A saptea elegie-

“Traiesc in numele pasarilor,
Dar mai ales in numele zborului.
Cred ca am aripi,
Dar ele nu se vad.”

 

 

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Nurturing Nonkilling. A Poetic Plantation. Francisco Gomes de Matos:

http://nonkilling.org/pdf/nurturing_nonkilling.pdf

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Meanwhile, by Sandro Bocci:

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Canto en lengua anemos [1]

auratrifu, Barcelona 2005

 

¿En qué idioma amamos la puesta del sol?

Cuando llegan al puerto las olas después de un largo viaje,

con historias mudas en los ojos y sonrisas espantadas en sus labios,

¿en qué idioma se guardan los secretos y se piensan las mentiras?

Vi una vez el gemido de una amante olvidada en la acera del verano.

Desconocía su estirpe y su nombre, ignoraba su voz.

Mi oído nunca la encontró, ni su boca hizo dibujarse palabra alguna…

de su rostro a mi rostro colgaba aire dormido y aún caliente,

aguantando escaramuzas de perfumes – retaguardias de sombras – ,

tela volátil. Cuadro del paso de los transeúntes. Fragancia ajena.

La miré un instante: su herida se vislumbró abriendo senderos por mis selvas,

corriendo con los vientos de mis cuevas, devorándose en mi hoguera:

brasa y brasa resurgir montaña hundida, brazo y brazo clavar en mar,

arrancando olas naufragadas hace mucho, navegando con mis barcos,

escuchando la brisa nacida de brasas abrazadas en puesta de sol…

 

¿En qué idioma se callan las heridas?

¿En qué idioma recuerdan los olvidos?

¿En qué idioma duerme el sol y despierta la luna?

Y, al cerrar los ojos, ¿en qué idioma se acarician las pestañas?


 

[1] Anemos = la raiz griega de la palabra latina anima (español-alma)

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Permaculture Video songs: 

Video song – Plastic : https://www.youtube.com/watch?v=VGAvorPoJHY&list=PLB598DAC114841029#t=85

Video song – No waste: https://www.youtube.com/watch?v=0jT9NA39mfA&list=PLB598DAC114841029

Video song – Look around – Principle 1: https://www.youtube.com/watch?v=lSWWChaEi1o&list=PLB598DAC114841029

Video song – Small & Slow: https://www.youtube.com/watch?v=f098VsIIUTk&list=PLB598DAC114841029

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Audio Sopa de pedres – Xesco Boix: http://www.goear.com/listen/3ed2704/sopa-de-pedres-xesco-b

 

Animació Sopa de pedres: https://www.youtube.com/watch?v=4QNjJ45cy6o

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Imagine: John Lennon

https://www.youtube.com/watch?v=DVg2EJvvlF8

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Le Déserteur,

Boris Vian, 1954

performed by Johan Galtung:

https://www.transcend.org/tms/2014/08/johan-galtung-performs-%E2%80%9Cle-deserteur%E2%80%9D/

Transcript and translation to English, verse by verse, by Harold Berg.
Le Déserteur – The Deserter

Monsieur le Président,
je vous fais une lettre,
que vous lirez peut-être,
si vous avez le temps.

Mr. President
I’m writing you a letter
that perhaps you will read
If you have the time.

Je viens de recevoir
mes papiers militaires
pour partir à la guerre
avant mercredi soir.

I’ve just received
my call-up papers
to leave for the front
Before Wednesday night.

Monsieur le Président
je ne veux pas le faire,
je ne suis pas sur terre
pour tuer de pauvres gens.

Mr. President
I do not want to go
I am not on this earth
to kill wretched people.

C’est pas pour vous fâcher,
il faut que je vous dise,
ma décision est prise,
je m’en vais déserter.

It’s not to make you mad
I must tell you
my decision is made
I am going to desert.

Depuis que je suis né,
j’ai vu mourir mon père,
j’ai vu partir mes frères,
et pleurer mes enfants.

Since I was born
I have seen my father die
I have seen my brothers leave
and my children cry.

Ma mère a tant souffert,
qu’elle est dedans sa tombe,
et se moque des bombes,
et se moque des vers.

My mother has suffered so,
that she is in her grave
and she laughs at the bombs
and she laughs at the worms.

Quand j’étais prisonnier
on m’a volé ma femme,
on m’a volé mon âme,
et tout mon cher passé.

When I was a prisoner
they stole my wife
they stole my soul
and all my dear past.

Demain de bon matin,
je fermerai ma porte
au nez des années mortes
j’irai sur les chemins.

Early tomorrow morning
I will shut my door
on these dead years
I will take to the road.

Je mendierai ma vie,
sur les routes de France,
de Bretagne en Provence,
et je crierai aux gens:

I will beg my way along
on the roads of France
from Brittany to Provence
and I will cry out to the people:

refusez d’obéir,
refusez de la faire,
n’allez pas à la guerre,
refusez de partir.

Refuse to obey
refuse to do it
don’t go to war
refuse to go.

S’il faut donner son sang,
allez donner le vôtre,
vous êtes bon apôtre,
monsieur le Président.

If blood must be given
go give your own
you are a good apostle
Mr. President.

Si vous me poursuivez
prévenez vos gendarmes
que je n’aurai pas d’armes
et qu’ils pourront tirer.

If you go after me
warn your police
that I’ll be unarmed
and that they can shoot

*

El poder de la infancia
Lev Tolstoi

-¡Que lo maten! ¡Que lo fusilen! ¡Que fusilen inmediatamente a ese canalla…! ¡Que lo maten! ¡Que corten el cuello a ese criminal! ¡Que lo maten, que lo maten…! -gritaba una multitud de hombres y mujeres, que conducía, maniatado, a un hombre alto y erguido. Éste avanzaba con paso firme y con la cabeza alta. Su hermoso rostro viril expresaba desprecio e ira hacia la gente que lo rodeaba.

Era uno de los que, durante la guerra civil, luchaban del lado de las autoridades. Acababan de prenderlo y lo iban a ejecutar.

“¡Qué le hemos de hacer! El poder no ha de estar siempre en nuestras manos. Ahora lo tienen ellos. Si ha llegado la hora de morir, moriremos. Por lo visto, tiene que ser así”, pensaba el hombre; y, encogiéndose de hombros, sonreía, fríamente, en respuesta a los gritos de la multitud.

-Es un guardia. Esta misma mañana ha tirado contra nosotros -exclamó alguien.

Pero la muchedumbre no se detenía. Al llegar a una calle en que estaban aún los cadáveres de los que el ejército había matado la víspera, la gente fue invadida por una furia salvaje.

-¿Qué esperamos? Hay que matar a ese infame aquí mismo. ¿Para qué llevarlo más lejos?

El cautivo se limitó a fruncir el ceño y a levantar aún más la cabeza. Parecía odiar a la muchedumbre más de lo que ésta lo odiaba a él.

-¡Hay que matarlos a todos! ¡A los espías, a los reyes, a los sacerdotes y a esos canallas! Hay que acabar con ellos, en seguida, en seguida… -gritaban las mujeres.

Pero los cabecillas decidieron llevar al reo a la plaza.

Ya estaban cerca, cuando de pronto, en un momento de calma, se oyó una vocecita infantil, entre las últimas filas de la multitud.

-¡Papá! ¡Papá! -gritaba un chiquillo de seis años, llorando a lágrima viva, mientras se abría paso, para llegar hasta el cautivo-. Papá ¿qué te hacen? ¡Espera, espera! Llévame contigo, llévame…

Los clamores de la multitud se apaciguaron por el lado en que venía el chiquillo. Todos se apartaron de él, como ante una fuerza, dejándolo acercarse a su padre.

-¡Qué simpático es! -comentó una mujer.

-¿A quién buscas? -preguntó otra, inclinándose hacia el chiquillo.

-¡Papá! ¡Déjenme que vaya con papá! -lloriqueó el pequeño.

-¿Cuántos años tienes, niño?

-¿Qué van a hacer con papá?

-Vuelve a tu casa, niño, vuelve con tu madre -dijo un hombre.

El reo oía ya la voz del niño, así como las respuestas de la gente. Su cara se tornó aún más taciturna.

-¡No tiene madre! -exclamó, al oír las palabras del hombre.

El niño se fue abriendo paso hasta que logró llegar junto a su padre; y se abrazó a él.

La gente seguía gritando lo mismo que antes: “¡Que lo maten! ¡Que lo ahorquen! ¡Que fusilen a ese canalla!”

-¿Por qué has salido de casa? -preguntó el padre.

-¿Dónde te llevan?

-¿Sabes lo que vas a hacer?

-¿Qué?

-¿Sabes quién es Catalina?

-¿La vecina? ¡Claro!

-Bueno, pues…, ve a su casa y quédate ahí… hasta que yo… hasta que yo vuelva.

-¡No; no iré sin ti! -exclamó el niño, echándose a llorar.

-¿Por qué?

-Te van a matar.

-No. ¡Nada de eso! No me van a hacer nada malo.

Despidiéndose del niño, el reo se acercó al hombre que dirigía a la multitud.

-Escuche; máteme como quiera y donde le plazca; pero no lo haga delante de él -exclamó, indicando al niño-. Desáteme por un momento y cójame del brazo para que

pueda decirle que estamos paseando, que es usted mi amigo. Así se marchará. Después…, después podrá matarme como se le antoje.

El cabecilla accedió. Entonces, el reo cogió al niño en brazos y le dijo:

-Sé bueno y ve a casa de Catalina.

-¿Y qué vas a hacer tú?

-Ya ves, estoy paseando con este amigo; vamos a dar una vuelta; luego iré a casa. Anda, vete, sé bueno.

El chiquillo se quedó mirando fijamente a su padre, inclinó la cabeza a un lado, luego al otro, y reflexionó.

-Vete; ahora mismo iré yo también.

-¿De veras?

El pequeño obedeció. Una mujer lo sacó fuera de la multitud.

-Ahora estoy dispuesto; puede matarme -exclamó el reo, en cuanto el niño hubo desaparecido.

Pero, en aquel momento, sucedió algo incomprensible e inesperado. Un mismo sentimiento invadió a todos los que momentos antes se mostraron crueles, despiadados y llenos de odio.

-¿Saben lo que les digo? Deberían soltarlo -propuso una mujer.

-Es verdad. Es verdad -asintió alguien.

-¡Suéltenlo! ¡Suéltenlo! -rugió la multitud.

Entonces, el hombre orgulloso y despiadado que aborreciera a la muchedumbre hacía un instante, se echó a llorar; y, cubriéndose el rostro con las manos, pasó entre la gente, sin que nadie lo detuviera.

*

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